La familia real británica ha recibido otro duro golpe cuando aún no se ha repuesto del último. Tras varias semanas de especulaciones, filtraciones y hasta consultas ilegales de expedientes médicos, la princesa Kate ha puesto nombre a la enfermedad que la mantiene apartada de sus compromisos, desvelando que padece un cáncer.
El revés para los Windsor es doble, pues el pasado 5 de febrero se conocía que el rey Carlos III también ha sido diagnosticado de la misma enfermedad. Al igual que su nuera, el monarca se había sometido a una intervención que concluyó con éxito, pero las pruebas posteriores revelarían la peor de las noticias.
Kate Middleton ha decidido dar la cara después de haber estado en el centro de un huracán mediático que ha abierto el debate sobre la privacidad de los royal y la comunicación de enfermedades. Entretanto, el príncipe Guillermo tendrá que sobreponerse al duro mazazo y primar su condición de representante de la Corona, una institución que le necesita más que nunca como heredero al trono. Lo hará con el apoyo de la reina Camila, quien también tendrá que aparcar su dolor para servir a la monarquía.
Fuente Infobae