En Rosario, la situación de violencia ha tomado un giro preocupante con la revelación de vínculos entre una banda de la zona oeste de la ciudad y los asesinatos de trabajadores, que aparentemente transmitían el descontento de presos federales a través de estos actos. La situación fue revelada en una audiencia reciente sobre hechos de conmoción pública.

Axel Uriel “Franco” Rodríguez, de la zona de Santa Lucía, ha sido señalado como la figura central detrás de la planificación logística para los asesinatos del playero y el colectivero. Rodríguez fue allanado en Misiones al 2200, y se le ha vinculado con varios hechos delictivos recientes en la ciudad.

El joven, de 17 años, estaba siendo monitoreado por una tobillera electrónica debido a un proceso penal por homicidio. Sin embargo, su participación en otros crímenes se relaciona con organizaciones delictivas, como las lideradas por Claudio “Morocho” Mansilla y Esteban Lindor Alvarado, ambos actualmente en prisión.

El modus operandi de la banda consiste en utilizar menores de edad para llevar a cabo los asesinatos. Uno de los presuntos responsables de la muerte del chofer Marcos Daloia sería un adolescente de 17 años, apodado Lauti. Los investigadores también identificaron a José "Chori" M., vecino de Axel y considerado el conductor de la moto usada en el asesinato.

En otros hechos, como el ataque al chofer de la línea 122, la logística y planeación también se llevaron a cabo desde la base de Axel Rodríguez. Por otro lado, en el asesinato de Bruno Bussanich, el gatillero fue un adolescente de 15 años, DMG, quien recibió instrucciones por videollamada desde la prisión de Ezeiza.

El papel de la banda y su influencia en estos crímenes resalta una preocupante problemática de violencia y delincuencia organizada en Rosario. Las autoridades continúan investigando y persiguiendo a los involucrados en estos hechos, con la esperanza de desmantelar las operaciones criminales que afectan la seguridad de los trabajadores y ciudadanos de la ciudad.