Una ola de violencia ha golpeado nuevamente al transporte urbano en Rosario, llevando a los trabajadores a tomar la difícil decisión de paralizar sus actividades. Cuatro incidentes violentos fueron registrados en distintos puntos de la ciudad durante la noche del lunes, lo que ha obligado a la Unión Tranviarios Automotor (UTA) a confirmar la suspensión del servicio para el día martes, tanto en la zona urbana como interurbana.
Los colectiveros, aún con el doloroso recuerdo de la pérdida reciente de un colega, se encuentran en estado de alerta ante los nuevos episodios de violencia, que incluyen disparos y la aparición de notas intimidatorias en algunas unidades. Además de estos ataques, se reportaron agresiones a un colectivo interurbano en la autopista Rosario-Buenos Aires y a otro en el barrio Las Flores, sumando un total de tres incidentes que han afectado al transporte público.
La incertidumbre entre los pasajeros es palpable, con informes en redes sociales de colectivos que no llegan a sus destinos habituales. Esta situación genera aún más preocupación debido a la percepción generalizada de falta de seguridad tanto para los trabajadores como para los usuarios.
Después de una reunión con las autoridades provinciales y municipales, se ha acordado reanudar las actividades del transporte con la promesa de implementar controles aleatorios en los vehículos y reforzar la seguridad tanto durante la noche como en los depósitos. Además, se está evaluando la posibilidad de establecer corredores seguros en áreas especialmente vulnerables, como la Ciudad Universitaria La Siberia. La situación se complica aún más con el reporte de un colectivo de la línea Expreso que fue alcanzado por un proyectil en las inmediaciones de Saladillo, en la zona de Villa Gobernador Gálvez, sumando así un total de cuatro ataques al transporte urbano.