A casi seis años de la muerte de Débora Pérez Volpin, este miércoles comenzarán los alegatos en el juicio por encubrimiento y falso testimonio contra Roberto Martingano, ex director del Sanatorio de La Trinidad de Palermo, y Miriam Frías, la instrumentadora quirúrgica.
La confirmación estuvo a cargo del abogado de la familia, Diego Pirota, quien además dijo que el miércoles será el turno de la querella, luego de la fiscal. Como así también está previsto que también se escuchen los de la defensa.
El juicio contra Martingano, acusado por encubrimiento, y la instrumentadora, imputada por falso testimonio, comenzó el pasado 15 de septiembre. Por su parte, la lectura de las sentencias se prevé para el próxmo miércoles 22 de noviembre.
En declaraciones radiales, Pirota señaló que se conoció durante el juicio que el equipo del endoscopio que entregó Martingano a la justicia, "nunca estuvo registrado por Anmat y la única empresa que lo importa dice que nunca importó este equipo. A su vez, Aduana dice que ese equipo tampoco ingresó legalmente al país".
"El equipo que dicen que se usó, es un equipo con todas estas irregularidades y sí lo han utilizado en otra oportunidad, quién sabe durante cuánto tiempo en la clínica Trinidad. Eso es lo que determinó la justicia en esta otra causa. Donde tocas, sale pus", expresó Pirota.
El letrado dijo además que el ex director del Sanatorio dio a conocer el listado que indica lo que pasó en el quirófano: "Durante mucho tiempo Martingano le echó la culpa a un técnico. Y hace tres meses, hizo aparecer esas hojas que durante cuatro años negó. Dijo que las tenía su secretaria guardadas en un cajón. Martingano dice que esas hojas estaban en blanco y eso demuestra que Débora Pérez Volpin no estaba conectada".
A su vez, el representante de la familia, comentó que "lamentablemente Martingano no va a ir preso. Primero porque no tiene antecedentes penales y en segundo lugar, la escala penal del delito tiene una pena máxima muy baja".
Martingano está acusado por el delito de encubrimiento y se lo procesó por haber entregado a la Justicia una máquina procesadora del endoscopio con los números de serie "limados", lo cual no permite conocer la autenticidad de esa máquina, para constatar si la cambiaron luego de la muerte de la periodista y también por haber sustraído información aportada a la Justicia, consistente en conocer si a Pérez Volpin la habían conectado al electrocardiograma al momento del estudio.
Según señaló, la sospecha es que, ante el requerimiento de la Justicia una vez que tomó intervención, se cambió la máquina para evitar que la verdadera que tenía deficiencias sea analizada.