La votación del acuerdo con el FMI en la Cámara de Diputados dejó heridas profundas en la Casa Rosada, y en los vínculos entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, entre el albertismo y el kirchnerismo, entre la mayor parte del peronismo y La Cámpora.
La semana que comienza será importante para saber cómo continuará la vida interna del Frente de Todos, luego de los mensajes de la Vicepresidenta a Fernández, el rechazo camporista en el Congreso, y el pase de factura de Andrés “Cuervo” Larroque por el “silencio” del Gobierno frente a la agresión al despacho de Cristina Kirchner.
En el oficialismo hay dudas sobre cómo se comportará Cristina Kirchner en un momento clave para que el acuerdo con el FMI atraviese la última barrera parlamentaria y deje de ser un problema para la Casa Rosada. Una vez aprobado, pasará al Board del organismo internacional, será aprobado y la Argentina recibirá el primer desembolso de dinero.
Nadie sabe si Vicepresidenta, cumplirá su rol institucional de acompañar la iniciativa del gobierno que integra o si, al igual que su hijo, dará señales consistentes hacia sus íntimos para que voten en contra del acuerdo.
Así como la semana pasada el foco estaba puesto sobre Máximo Kirchner y La Cámpora, esta semana que comienza los movimientos de la Vicepresidenta marcarán la temperatura de la batalla interna del Gobierno. Hay máxima tensión en el oficialismo, donde, salvo el camporismo, todos asumen que la alianza política se quebró.
La Casa Rosada cree contar con los votos suficientes para poder aprobar el acuerdo con el Fondo en el Senado. La proyección positiva está íntimamente relacionada al acuerdo que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, hizo con Juntos por el Cambio el miércoles pasado y que culminó en la eliminación del plan económico del proyecto que debía ser votado. Gracias a esa negociación el acuerdo recibió un apoyo mayoritario en la Cámara baja.
La aprobación, parece estar garantizada. El problema reside en que la Casa Rosada pueda esquivar los imprevisibles dardos del mundo K. A diferencia de otras oportunidades, Alberto Fernández parece estar dispuesto a ponerse duro en la discusión interna con sus socios camporistas y cristinistas, a los que en el albertismo empezaron a llamar “opositores”.
Una mínima muestra de la voluntad quedó expresada durante el fin de semana. El diputado, amigo y asesor del Jefe de Estado, Leandro Santoro, pidió que todos los funcionarios estén “alineados con el Presidente”. Alberto Fernández compartió ese reclamo en sus redes sociales.
Fuente: Infobae.