Los terremotos de 7,8 y 7,5 registrados el lunes pasado en Turquía y Siria sacudieron ambos países y, según los últimos informes, ya se registraron más de 16 mil muertes y cerca de 68 mil heridos. Conforme a lo informado por los rescatistas de Cascos Blancos "todavía hay centeneras de familias que siguen abajo de los escombros".
Además, el tiempo dificultó algunas de las tareas de búsqueda y rescate y eso "aumenta el riesgo de hipotermia para quienes están abajo de los escombros". Se trata del terremoto más fuerte registrado por sistema sirio desde 1995.
El ministro de Interior de Turquía advirtió que las próximas 48 horas iban a ser "cruciales" para encontrar sobrevivientes del sismo, que llevó a Ankara a decretar siete días de luto nacional.
En base a los mapas de la zona afectada, una responsable de la OMS, Adelheid Marschang, indicó que "23 millones de personas están expuestas" a las consecuencias de los terremotos, "incluyendo cinco millones de personas vulnerables".
En Hatay, en el sur de Turquía, rescataron con vida a una niña de 7 años que había quedado bloqueada bajo una montaña de escombros.
El temblor se sintió a las 4.17 (23.13 hora argentina) y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, a unos 60 kilómetros de la frontera siria.
Poco después del primer impacto, otro sismo de magnitud 6,7 recayó sobre el centro de Turquía, según el USGS. Este terremoto tuvo una profundidad de 9,9 km y se produjo unos once minutos después del sismo de magnitud 7,8.
Según las autoridades, "se descarta que el terremoto cause un tsunami". El director del Centro Nacional del Observatorio Sísmico de Siria, Raed Ahmed, explicó que se produjo alejado del mar y en "una masa de tierra" y que es el "más fuerte" registrado por los sistemas sirios en casi tres décadas.
Fuente: Rosario 3