La decoración navideña en Argentina ocupa un lugar central en la vida de las familias como en muchos países del mundo, fundamentalmente de tradiciones cristianas.
Por un lado está el pesebre o nacimiento que lo inició San Francisco de Asís en una celebración litúrgica del año 1223. Era tal la intención del pobrecillo de Asís de revivir el Evangelio que quiso organizar una representación para contemplar el nacimiento de Cristo tal cual entendía había sido la que dió origen a la Navidad.
Se cree que desde ese primero se fueron realizando otras representaciones que desembocaron a mediados del siglo XV en la aparición de la primera fábrica de las figuras que lo representan.
El arbolito, con un origen pagano y reconvertido al cristianismo, es muy anterior.
Los germanos realizaban una fiesta tradicional para celebrar el solsticio del invierno (que se da en esa época en el hemisferio Norte) decorando un roble con antorchas y bailando alrededor.
Con la llegada de los primeros evangelizadores cristianos, utilizaron esa misma representación para llamar la atención.
Muchos de los que se convirtieron mantuvieron la idea del árbol para recordar ahora el nacimiento de Cristo.
Se cree que recién en el año 740 el evangelizador San Bonifacio reemplazó el roble por un pino, con el que pudo representar a la Santísima Trinidad.
Con el tiempo las manzanas con las que originalmente adornaban el árbol y las velas, se reemplazaron por guirnaldas.
Ya para el siglo XIX su difusión comenzó a extenderse al resto del mundo, incluyendo a la Argentina.
Otra versión atribuye a Martín Lutero la idea de la decoración del árbol, ya que se habría asombrado mientras caminaba una noche al ver los árboles adornados por las estrellas del cielo.
El 8 de diciembre es el día elegido por muchos para iniciar el período de armado de los adornos y se cree que tienen origen en la instauración por el papa Pío IX por bula el día de la Inmaculada Concepción de María el 8 de diciembre. Desde entonces ese día es feriado en países como la Argentina y la gente tiene el tiempo para reunirse en familia y comenzar a armarlo.
Por otro lado, el día para volver a guardar los adornos no queda claro. Muchos aprovechan el 6 de enero (reconocido como día de Reyes) y otros esperan a completar el mes el 8 de enero.