Más de 22 millones de bebés no recibieron su primera dosis de la vacuna contra el sarampión en 2020, tres millones más que en 2019, lo que marca el mayor aumento en dos décadas y crea condiciones peligrosas para que ocurran brotes, alertó este domingo la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre un estudio realizado junto a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Mediante un comunicado, el organismo informó que si bien en comparación con el año anterior los casos notificados de sarampión disminuyeron en más del 80 por ciento en 2020, "la vigilancia del sarampión también se deterioró con el menor número de muestras enviadas para pruebas de laboratorio en más de una década".
"El seguimiento, las pruebas y la notificación deficientes del sarampión ponen en peligro la capacidad de los países para prevenir brotes de esta enfermedad altamente infecciosa. Los principales brotes de sarampión ocurrieron en 26 países y representaron el 84 por ciento de todos los casos notificados en 2020", describió el organismo.
El informe señaló también que además de la reducción de la cobertura de la primera dosis el año pasado "solo el 70 por ciento de los niños recibió su segunda dosis de la vacuna contra el sarampión, muy por debajo del 95 por ciento de cobertura necesaria para proteger a las comunidades de la propagación del virus".
Por otra parte, se identificó que se pospusieron 24 campañas de vacunación contra el sarampión en 23 países, originalmente planificadas para 2020, debido a la pandemia de Covid-19, "lo que dejó a más de 93 millones de personas en riesgo de contraer la enfermedad", se indicó en el comunicado.
En este contexto, el responsable de Inmunización Global de los CDC, Kevin Cain, indicó que "un gran número de niños no vacunados, los brotes de sarampión y la detección y el diagnóstico de enfermedades desviados para respaldar las respuestas de Covid-19 son factores que aumentan la probabilidad de muertes relacionadas con el sarampión y complicaciones graves en los niños".
Y añadió que "debemos actuar ahora para fortalecer los sistemas de vigilancia de enfermedades y cerrar las brechas de inmunidad, antes de que los viajes y el comercio regresen a los niveles previos a la pandemia, para prevenir brotes mortales de sarampión y mitigar el riesgo de otras enfermedades prevenibles mediante vacunas".
El sarampión es uno de los virus humanos más contagiosos del mundo, pero se puede prevenir casi por completo mediante la vacunación
En los últimos 20 años, se estima que la vacuna contra el sarampión evitó más de 30 millones de muertes en todo el mundo. Las muertes estimadas por sarampión se redujeron de alrededor de 1.070.000 en 2000 a 60.700 en 2020; en tanto que el número estimado de casos de sarampión en 2020 fue de 7,5 millones en todo el mundo.
"La transmisión del sarampión dentro de las comunidades no sólo es un indicador claro de una cobertura deficiente de vacunación contra el sarampión, sino también un marcador conocido, o 'trazador', de que los servicios de salud vitales no están llegando a las poblaciones de mayor riesgo", advirtió el organismo.
El informe fue elaborado en el marco de la Iniciativa contra el Sarampión y la Rubéola (M&RI), una asociación entre la Cruz Roja Americana, la Fundación de las Naciones Unidas, los CDC, Unicef y la OMS.
A fines de 2020, 81 países (42 por ciento) habían logrado mantener su estado de eliminación del sarampión a pesar de la pandemia, pero no se verificó que ningún país nuevo hubiera logrado la eliminación del sarampión, en tanto que todavía hay 15 países que no han introducido la segunda dosis del sarampión en sus calendarios nacionales de vacunación.
"Incluso antes de la pandemia, estábamos viendo cómo incluso pequeños focos de baja cobertura de inmunización contra el sarampión podían alimentar brotes sin precedentes, incluso en países donde la enfermedad se había considerado erradicada. Y ahora, el Covid-19 está creando brechas cada vez mayores en la cobertura a un ritmo que no habíamos visto en décadas", dijo por su parte Ephrem Tekle Lemango, director asociado de Inmunización de Unicef .
Y concluyó: "Si bien todavía no hemos visto un aumento en los casos, el sarampión es simplemente demasiado contagioso. Si no actuamos, las brechas se convertirán en brotes y muchos niños estarán expuestos a una enfermedad prevenible pero potencialmente mortal ".