En el primer día de su gira por Hungría y Eslovaquia, el papa Francisco pidió este domingo desde Budapest "apagar la mecha" del antisemitismo en Europa, al encabezar un encuentro ecuménico y con autoridades judías, y tras reunirse con el premier húngaro Viktor Orban, uno de los referentes de la derecha europea, acusado de promover posiciones homófobas y antisemitas, y férreo opositor a la apertura inmigratoria que promueve el pontífice.
Tras pronunciar el tradicional Ángelus dominical desde la Plaza de los Héroes de la capital húngara, el Papa convocó hoy al país "a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse", leído como un reclamo a las autoridades locales considerando las recurrentes citas de Orban a las supuestas "raíces cristianas europeas" de sus políticas conservadoras.
"El sentimiento religioso es la savia de esta nación, tan unida a sus raíces. Pero la cruz, plantada en la tierra, además de invitarnos a enraizarnos bien, eleva y extiende sus brazos hacia todos", agregó el Papa en esa dirección, convocando a un cristianismo de acogida tras el encuentro de una hora que tuvo con Orban, cristiano calvinista, al llegar esta mañana a Budapest.