Rosario Central sigue de festejos por el clásico ganado ante Newell's el último sábado en el Gigante de Arroyito, pero una vez que baje la espuma para el equipo de Miguel Russo será momento de poner los pies en la tierra e intentar aprovechar el envión anímico en pos de no desviarse de sus otros objetivos: clasificar a copas internacionales en 2024 y también tratar meterse en los playoff de la Copa de la Liga.
El gol sobre la hora de Ignacio Malcorra contra la Lepra le permitió volver a ganar por segunda vez en el torneo y cortar una seguidilla de tres fechas sin hacerlo, con derrotas ante Colón y Gimnasia y un empate con Independiente.
El Canalla está 8º con 50 puntos en la tabla acumulada anual que determinará a los equipos clasificados a las copas internacionales del próximo año. Debe mantenerse entre los primeros 10 para asegurar su boleto a la Sudamericana, pero está a solo tres puntos del último lugar para Libertadores, que hoy le pertenece a Defensa y Justicia.
En la Copa de la Liga está un poco relegado. Marcha 11º con 8 puntos y a 5 de Colón, el cuarto y último equipo que entraría a los playoff, con otros seis clubes en el medio.
A Central le quedan siete fechas, de las cuales será local en cuatro. Un dato alentador si se considera la fortaleza en la que convirtió al Gigante de Arroyito, donde no pierde desde agosto del año pasado.
De hecho, los dos próximos partidos serán en su estadio contra Huracán y Vélez, dos equipos que pelean por no descender y que, a su vez, están bien posicionados en la tabla de la zona A. En principio, para recibir al Globo, este viernes a la noche, están en duda Jaminton Campaz y Malcorra.
El desafío de Russo y Central es claro a esta altura del año: transformar el envión anímico del clásico en una mejora sustancial como equipo para no repetir errores recientes y sumar la mayor cantidad de puntos posibles.